El pasado 18 de agosto, en el gimnasio del Colegio Gabriel Taborín, celebramos la identidad de nuestra escuela creyente y misionera en el marco de Jornada del Educador Católico 2022 con  las instituciones y comunidades educativas que forman parte de la Arquidiócesis de Córdoba.
La propuesta de la comenzó con la celebración eucarística prescidida por Monseñor Ángel Rossi y concelebrada por sacerdotes de diferentes instituciones educativas. Junto a la bendición para todos los educadores, profundizó en su homilía en la reflexión acerca de la misión del cuidado de las fragilidades las infancias de nuestros chicos, chicas y jóvenes, y la búsqueda de un sentimiento de volver a sentirnos niños,  importante para la enseñanza.

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Rescatamos algunas palabras de la homilía.

Educar tiene mucho de esto, y el docente, nosotros, tenemos que vencer esa especie de  “ya somos grandes” y animarnos muchas veces en la cercanía de las formas de niñez y de fragilidad de aquellos a los que intentamos cuidar.

Cuidar fragilidades, es decir cuidar a los niños, las niñas, las jóvenes, los jóvenes, moviliza en el corazón el deseo de ser buenos, de limpiar nuestra mirada enturbiada con nuestra falta de inocencia, de rescatar el niño que llevamos en el propio corazón y que a veces nuestra adultez lo tiene arrinconado, lo tiene amordazado, imposibilitados de jugar y cantar (…).

Animémonos a que surja de nuevo el niño en nosotros, el que se sorprende, el que reza, que sueña, que ama sin prejuicios, que abraza con confianza, que se deja llevar de la mano confiando en aquel que lo lleva, que pide las cosas sin vueltas, sin rodeos, el niño que no le tiene miedo al tiempo.

Monseñor Ángel Rossi 18-08-22.

Adjuntamos la Oración de Consagración de los docentes a la virgen y al Pacto Educativo Global