En el marco del ciclo ¨Voces que suman¨, cuatro especialistas debatieron sobre el rol de la escuela para volver a enseñar contenidos significativos y relevantes.“Repensar la educación es un tema enorme. Cuando uno se aproxima, sólo de pensarlo, ya parece inasible, porque de por sí es un tema susceptible de ser abordado desde diferentes aristas”. De esta manera, rompe el hielo el periodista Daniel Alonso, moderador y coordinador de un nuevo ciclo de “Voces que suman”, en la presentación del primer debate de 2022 del ciclo.Cursando el nuevo ciclo lectivo, es imperioso repensar cómo la escuela vuelve a enseñar contenidos significativos y relevantes. Qué contenidos. Cómo. Para qué. Este es el desafío que emprendió el primer panel del año de “Voces que suman”, una propuesta impulsada por La Voz, con el acompañamiento de Los Andes y de Vía País, que se transmite vía streaming, por las plataformas de los tres sitios, además de nuestros perfiles en Facebook y en YouTube.El panel de especialistas está conformado por Ana María Borzone, investigadora del Conicet; Melina Furman, investigadora del Conicet; Eduardo Cazenave, director general del Instituto Técnico Renault; y Aldo Guerra, director del Colegio Nacional de Monserrat.

Aprender a leer y escribir

¨Lamentablemente están llegando muy mal¨. Así contesta Ana María Borzone a la pregunta de cómo ve a los estudiantes en el retorno presencial a las aulas. “Desde hace algunos años, en primer grado se ha dejado de enseñar en forma sistemática e intensiva a leer y escribir. Y si no se atienden esas dificultades, que generalmente no se lo hace, van a llegar al secundario con habilidades mínimas de lectura y escritura¨.

Y continúa: ¨El primer paso para cualquier aprendizaje es la comprensión. Si los chicos no pueden comprender textos va a ser muy complicado que puedan cursar la secundaria porque no van a poder aprender a partir de los textos. Y si uno considera que se tienen que incorporar las nuevas tecnologías y trabajar con múltiples textos, esto requiere un aprendizaje mayor¨.

Borzone explica que la conclusión -tras más de 30 años de investigaciones y estudios en diferentes entornos- es que ¨si los chicos no aprenden es porque hay una deficiencia en la enseñanza y esto es serio porque se viene arrastrando hace años¨.

¿Qué herramientas hay en el secundario para modificar este estado de situación?

Eduardo Cazenave señala que se necesita ¨mucho compromiso y entusiasmo¨ y que ¨las herramientas son el acompañamiento y el apoyo¨.

¿Qué es aprender?, se pregunta Cazenave y afirma: ̈Aprender no sólo es saber cosas. Es comprender. Muchas veces apuntamos a la repetición de contenidos, parecería que los chicos saben, porque saben de memoria, pero no hay comprensión. Tenemos que empezar a enseñar para que aprendan, no para que pasen. Pasar y aprobar es una consecuencia de saber. Y para saber son necesarias ciertas capacidades como razonar y sobre todo leer¨.

Sobre el concepto de ¨pasar¨, y en torno al asunto de la promoción de estudiantes en el año pandémico, Melina Furman señala: ¨Como sistema educativo estamos en una situación muy crítica, donde hay mucho que recomponer, incluso muchos estudiantes que no han vuelto a la escuela¨.

Revisar las metodologías

En relación al concepto de aprender, Furman profundiza: ¨Lo que queremos que sea aprender en la escuela primaria y secundaria es poder entender el mundo. Creo que hay una oportunidad y una necesidad grande de revisar las metodologías de enseñanza hoy, que están muy basadas en que los alumnos adquieran cierta información fáctica, definiciones, y que es necesario correr hacia los grandes pilares conceptuales de las disciplinas¨.

Así las cosas, Furman señala que mucho tiempo de la clase está dedicado a que los alumnos recuerden definiciones y conceptos de manera frágil, superficial. Ejemplifica lo que ocurre en el área de la biología: ¨Por ejemplo, que se aprendan las fases de la mitosis. Pero sin embargo los alumnos salen sin entender qué es lo importante de ese proceso¨.

Furman explica que ¨hay un montón de problemas de la vida real para los cuales el conocimiento escolar nos tiene que preparar, pero para eso hay que ir al hueso, al corazón de comprender lo importante de las disciplinas, versus esto que en general vemos en nuestra sistema educativo que es enseñar la superficie, esto que llamamos el conocimiento inerte¨.

Equilibrar contenidos

Sobre los contenidos, Aldo Guerra señala: ¨No tenemos sistema educativo. Tenemos una serie de subsistemas, cada uno independiente, que le generan mucha tensión al estudiante cuando tiene que hacer la transición de uno a otro¨.

Continúa: ¨No queremos asumir de alguna forma que es lo que pasó antes. Pasa del nivel primario al secundario y del secundario al grado. Es como que cada uno debiera ser responsable de ese espacio, pero no entendemos que tiene que haber una correlación¨.

Furman señala que ¨salvo algunas notables excepciones, la enseñanza en Argentina es muy enciclopedista, sobre todo en la escuela secundaria¨.

Entonces, aparece el ¨yo lo dí, como es que ellos no lo aprendieron¨. En base a esto explica que ¨entre dar, explicar y que el otro aprenda, hay una distancia que tiene que ver con que quien aprende tiene que encontrar sentido en eso que le están enseñando, tiene que hacer algo cognitivamente con eso: analizarlo, relacionarlo, resolver¨.

¨El diagnóstico es que realmente necesitamos modificar el cómo estamos enseñando. La buena noticia es que sabe bastante bien cómo hacerlo. Décadas de investigación para saber cómo conectar contenidos con la vida real, poder posicionarlos en situaciones auténticas, en problemas, en preguntas que generen esa motivación intrínseco¨, apunta Furman.

Investigación y la escuela

Borzone explica que ¨tenemos los instrumentos y no llegan al sistema educativo; éste los ignora. El problema es ese divorcio, que no se aprovecha el mismo conocimiento que genera el país. No hay decisión política. Un cambio tiene que venir de una decisión política, como sucedió en Mendoza: la decisión de cambiar la enseñanza inicial de la lectura y escritura que se considera el primer paso fundamental y la herramienta para todo otro tipo de aprendizaje¨.

Guerra agrega: ¨Creo que los docentes no están formados en el nivel que necesitamos para poder volcar todo ese conocimiento en las aulas. Históricamente a los docentes se le reconoce el pasaje de los años solamente por antigüedad, pero en ningún momento se reconoce su formación, con lo cual eso no genera ningún estímulo¨.

En este sentido, Furman agrega que ¨a los docentes tampoco se les remunera por las horas que no están al frente de los alumnos y eso es un factor enorme que hace que la formación continua sea muy difícil, que los docentes puedan encontrarse a planificar con colegas, a pensar en conjunto, a analizar lo que hacen. Los docentes están dando en nuestro país, por lo general, muchas horas cátedra por semana y tienen muy poco tiempo remunerado, para poder reflexionar y capacitarse y volver a poner en juego nuevas estrategias¨.

¿Para qué?

¨¿Para qué enseñamos?¨, se pregunta Cazenave y reflexiona: ¨En su momento fue para generar ciudadanos. ¿Y qué es ser un buen ser ciudadano? ¿Ser un ciudadano obediente o ser un ciudadano cuestionador? Si es un ciudadano obediente, le enseño de memoria las leyes, entonces vuelvo a un aprendizaje de contenido de memoria. Si es un ciudadano que pueda ser cuestionador, y mejorar la ciudadanía, tiene que ser un ciudadano protagonista, pensante, solidario, con el otro y para el otro¨.

Borzone señala que lo que estamos formando son ¨ciudadanos semianalfabetos, porque si no dominan la lectura y la escritura, que es el instrumento básico, no pueden avanzar en ningún otro camino. Establecemos como objetivo un alto nivel de alfabetización. Es aquel que habilita a un chico a poder leer y aprender la constitución; entender y conocer cuáles son sus deberes y sus derechos. A través de la lectura y la escritura se busca formar a esos ciudadanos¨.

Guerra explica que ¨tal vez tenemos que dejar de pensar que son estudiantes, pensemos que son personas y que van a ser ciudadanos. En particular nosotros decimos que son quienes van a construir una sociedad más humana. Ahí tenemos un cambio de paradigma. Creo que el tiempo que se transcurre en la escuela tiene un valor que todavía nosotros no tenemos la total dimensión de lo que significa, y en esa construcción del ciudadano crítico que pueda decidir, responsable, y el ciudadano constructor de una sociedad¨.

Furman resalta las profundas desigualdades que exacerbó la pandemia y las huellas que dejó y concluye sobre para qué: ¨Que la escuela vuelva a tener sentido. Para tener un proyecto de vida propio, para poder planificarlo y poder sostenerlo con estas grandes capacidades¨.

Conceptos destacados

  • Ana María Borzone. ¨Lo que nuestras investigaciones muestran es que hay que tratar de evitar la repetición. Lo que hay que hacer es volver a enseñar. Antes de que el chico llegue a repetir, hay que intervenir. Nuestro sistema tiene que aprender a evaluar cómo avanza ese aprendizaje. Y los chicos que quedan desfasados, ya en primer grado hay que intervenir en grupos pequeños con programas intensivos de enseñanza. No puede ser que los chicos ingresen a segundo grado sin leer ni escribir. Terminan la primaria y no leen ni escriben. ¿Cómo pueden pensar? Carecen del vocabulario necesario, de las estrategias para comprender, aprender y razonar. Estas estrategias deben ser enseñadas. Nosotros estamos intentando apagar el incendio antes de que se produzca. Es decir, intervenir en forma temprana, empezamos a trabajar desde jardín¨.
  • Aldo Guerra. ¨Tenemos la capacidad, los cambios están planteados y están trabajados en nuestro país, pero no llegan al estudiante que es al que tiene que llegar. Creo que es posible y que la pandemia nos ha dado herramientas y posiciones para decir ´el sistema está en crisis´y tenemos que aprovechar la oportunidad para decir ´algo tenemos que hacer´. Lo más simple sería ´cambiamos este contenido y creemos que con eso es la solución´. Ese sería uno de los grandes errores. Tenemos que empezar a fijar políticas fuertes, en el sentido de poder llegar a los estudiantes, a poder trabajar en proyectos. El gran desafío es poder trabajar fuera del aula, en contexto. Para todo eso nos tenemos que comprometer todos los actores del sistema educativo¨.
  • Melina Furman. ¨Lo que observo luego de muchos años de acompañar proyectos de formación continua en el país, es que la formación continua cuando hay acompañamiento, materiales buenos para la enseñanza, cuando hay recursos, realmente se puede cambiar, y se ven los resultados rápidos en los aprendizajes de los alumnos, en la aprobación, en la motivación. Estamos en una situación donde ya empezar a mover algunos engranajes, generan cambios muy sustanciales. En este sentido, parte de la formación continua y poder generar espacios de reflexión dentro de las escuelas, tiene que ver también con formar directivos, equipos de conducción desde lo pedagógico. Y ahí también está otro de los cuellos de botella del sistema, los directivos tienen una carga administrativa tal, que tienen apenas resto para ocuparse de lo pedagógico. Entonces muchos de los programas que se vienen ensayando tratan de apuntalar esta visión pedagógica armando red de directivos. Hay mucho que hacer en este sentido. No sólo es una cuestión de deseo, sino de condiciones¨.
  • Eduardo Cazenave. ¨En una escuela técnica evidentemente esperamos lograr mejores técnicos. Pero son personas integrales y tenemos que mirar a esas personas. Que cada persona se desarrolle al máximo. Que cada uno pueda ser la mejor versión de sí mismo. Eso para mí es el concepto de la enseñanza en el sentido más profundo y puro dentro de las distintas opciones que haya: lograr que cada uno logre sus mayores potencialidades. Y eso implica aceptar la diversidad, de intereses, de capacidades. Pero con dos cuestiones que creo que son básicas: ganas de aprender y ganas de enseñar. No sólo se trata de contenidos, es una capacidad de razonamiento abstracto. Hoy hay otras aproximaciones. Empezar a enseñar por proyectos, por preguntas. Algunas serán más científicas, técnicas o más filosóficas, y tendrán que saber diferenciarlas, y eso obliga a una aprendizaje integral donde la persona es el centro¨.