Con Alas y Raíces
En el marco del programa Con Alas y Raíces, impulsado por CONSUDEC, iniciativa a la que JAEC se sumó, nos quedó un mensaje profundo: nuestros jóvenes quieren ser escuchados, acompañados y participar activamente en la construcción de la educación que sueñan. Nos encontramos. Hablamos. Soñamos. Y descubrimos que juntos brillamos más.
Los jóvenes de todo el país alzaron la voz para pedir una escuela viva, cercana y llena de sentido.
Este es solo el comienzo.
Con alas y raíces… seguimos sembrando esperanza.
Compartimos el documento resumen de esta etapa:
PROCLAMA FINAL ENCUENTRO NACIONAL DE ESTUDIANTES DEL NIVEL SECUNDARIO
“Con alas y raíces: tierra fecunda bajo un cielo estrellado”
Nosotros, jóvenes de 37 diócesis, reunidos bajo el mismo cielo, queremos compartir con toda la comunidad educativa del país lo que hemos sentido, escuchado, descubierto y soñado juntos. Llegamos con nuestras historias, nuestras búsquedas, nuestras heridas y nuestras preguntas. Y en este encuentro descubrimos que, aunque venimos de lugares muy distintos, llevamos dentro los mismos deseos: ser escuchados, ser acompañados y vivir una vida con sentido. En tierra común mezclamos nuestras raíces, lo que nos sostiene, y nuestras alas, lo que nos impulsa. Desde esa experiencia profunda:
- Proclamamos el valor de la escucha.
La escucha verdadera transforma. Nos abre, nos sana, nos afirma. Pedimos que nunca se pierda la capacidad de escucharnos con respeto y sin prejuicios. Cuando somos escuchados, encontramos sentido y esperanza. - Proclamamos que la escuela nos importa.
Queremos una escuela viva, humana, cercana, que nos prepare para la vida y no solo para exámenes. Deseamos una educación que toque nuestros corazones, nuestras preguntas, nuestras búsquedas. Anhelamos que la escuela favorezca el encuentro con un Cristo vivo, que nos ama y nos quiere felices. - Proclamamos nuestro deseo de protagonismo.
No queremos ser espectadores: queremos construir, aportar, proponer. Creemos que nuestra voz puede mejorar la escuela, renovar la educación del país, especialmente escuchando con audacia el clamor que nace de la tierra y de los pobres. - Proclamamos que ninguna desigualdad debe naturalizarse.
Vemos diferencias que duelen y que marcan caminos desiguales. Creemos que la educación puede ser puente, abrazo, reparación y transformación. - Proclamamos que necesitamos acompañamiento cercano.
La salud mental y emocional, nuestras dudas vocacionales, nuestras heridas y presiones necesitan espacios de contención. Acompañarnos es también educar. - Proclamamos la fuerza de la esperanza.
Somos una generación que no se resigna. Creemos en el futuro, en el país, en la familia, en la escuela y en la comunidad que nos acompaña. Y creemos que juntos podemos sembrar algo nuevo, reconociendo que Jesús es la verdad , el camino y la vida. - Proclamamos que somos una constelación.
Cada escuela, cada diócesis, es una estrella. Solos brillamos un poco, juntos iluminamos caminos. Pedimos seguir construyendo puentes, compartiendo la vida y caminando bajo un mismo cielo. Como fruto de este camino…
De nuestras voces, trabajos y sueños compartidos, surgen tres grandes propuestas nacionales, que ofrecemos con humildad, convicción y esperanza a toda la comunidad educativa: - Año 2026: “Por una vida con sentido”
Proponemos que todo el sistema educativo del país, durante un año entero, trabaje la búsqueda profunda de sentido: la pregunta por la vida, las decisiones, los vínculos, la fe, la vocación y el futuro. Queremos un año que ponga en el centro la vida real de los jóvenes. - Semana Nacional de Diálogo Estudiantil
Creamos este espacio para que, cada año, en todas las escuelas del país, haya una semana destinada a escucharnos y dialogar: sobre lo que vivimos, lo que sentimos, lo que necesitamos y lo que soñamos. Queremos que el diálogo juvenil sea una puerta abierta y permanente, y una característica propia de nuestras escuelas. - Foros Nacionales Estudiantiles “Con Alas y Raíces”
Encuentros (presencial o virtual) que nos conecten como una gran constelación educativa argentina. Queremos compartir experiencias, escuchar a otros jóvenes, dialogar con referentes, y mantener vivo este camino más allá de estos días. El futuro también se construye en red. Nos comprometemos…
A cuidar este proceso. A volver a nuestras comunidades llevando semillas de diálogo, esperanza y protagonismo, a no dejar que este encuentro se apague, sino a transformarlo en camino.
Pedimos a toda la comunidad educativa… Que sigan caminando con nosotros. Que sigan escuchándonos. Que sigan creyendo en nuestra palabra. Porque cuando un joven es escuchado, florece una vida, se transforma una escuela y renace
un país.
Proclamamos, finalmente, que la tierra es fecunda. Y que en ella, juntos, jóvenes, docentes, familias y comunidades, podemos hacer crecer lo que hoy comenzamos a soñar bajo un cielo estrellado. Con alas y raíces, seguimos caminando. Con esperanza, seguimos sembrando. Con ustedes, seguimos creciendo.
Que por la intercesión de Mama Antula, quien nos cuidó con amor maternal durante estos días de encuentro e hizo que su casa sea nuestra casa, Dios nos bendiga en este tiempo de escucha a las nuevas generaciones.
Santa Casa de Ejercicios Espirituales “Mama Antula”
Buenos Aires, 20 de noviembre de 2025

